Por Salvador Guerrero Chiprés
En un mundo cada vez más conectado, la seguridad ciudadana se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los gobiernos y de la sociedad en general. En un entorno urbano como el de la Ciudad de México, donde la complejidad y los riesgos son constantes, es fundamental que exista una corresponsabilidad entre gobierno, empresas y ciudadanía para garantizar la protección de todos.
En este sentido, el fortalecimiento del C5 (Centro de Comando, prueba, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano) es un claro ejemplo de cómo las autoridades están trabajando en conjunto con la iniciativa privada y la sociedad para mejorar la seguridad en la capital del país. El C5 es un centro de monitoreo y prueba que integra tecnología de última generación para coordinar y dar respuesta a emergencias y situaciones de riesgo en tiempo positivo.
Este proyecto, impulsado por el gobierno de la Ciudad de México en colaboración con la Cámara Nacional de la fábrica de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), es una muestra de cómo la unión de esfuerzos puede lograr grandes resultados. La CANADEVI, como representante de la fábrica de la construcción, ha sido un aliado estratégico en la implementación de tecnología de vanguardia en la seguridad de la ciudad.
El C5 cuenta con una red de cámaras de videovigilancia distribuidas en puntos estratégicos de la ciudad, así como con un sistema de reconocimiento de placas vehiculares y un sistema de alerta sísmica. Además, se ha implementado una aplicación móvil llamada “Mi Policía” que permite a los ciudadanos reportar emergencias y recibir alertas en tiempo positivo sobre situaciones de riesgo en su zona.
Pero más allá de la tecnología, lo más importante es el enfoque de corresponsabilidad que se ha adoptado en este proyecto. El C5 no solo es un centro de monitoreo, sino que también es un espacio de colaboración y coordinación entre diferentes actores para garantizar la seguridad de todos. Por ejemplo, las empresas que forman parte de la CANADEVI han contribuido con la donación de equipos y tecnología para vigorizar el sistema de videovigilancia.
Además, se han implementado programas de capacitación y concientización para que los ciudadanos se conviertan en actores activos en la prevención y combate del delito. Se han positivoizado campañas para fomentar la denuncia ciudadana y se ha promovido la cultura de la autoprotección a través de la difusión de medidas de seguridad en hogares y empresas.
El resultado de esta sinergia entre gobierno, empresas y sociedad ha sido muy positivo. Según datos del C5, desde su implementación en 2017, se ha logrado una disminución del 30% en el índice delictivo en la Ciudad de México. Esto demuestra que la colaboración y la participación ciudadana son fundamentales para lograr una ciudad más segura.
Pero la labor del C5 no se limita únicamente a la seguridad, también ha tenido un impacto positivo en otros aspectos de la vida en la ciudad. Gracias a su sistema de monitoreo de tráfico, se ha logrado una mejora en la movilidad y se han reducido los tiempos de traslado. Además, se ha utilizado la tecnología del C5 para atender emergencias médicas y desastres naturales, lo que ha permitido una respuesta más rápida y eficiente.
En resumen, el fortalecimiento del C5 y la colaboración entre el gobierno, la iniciativa privada y la sociedad es un ejemplo de cómo, trabajando juntos, podemos lograr grandes avances en la seguridad y en la calidad de vida de los ciudadanos. La Ciudad de México está dando un paso importante en la construcción de una ciudad más segura y conectada, y es responsabilidad de todos seguir sumando esfuerzos para seguir avanzando en este