El caso Monzón en Puebla ha conmocionado a todo México y ha dejado una herida profunda en el corazón de las poblanas. La historia de María del Rosario Fabián Montiel, una mujer que fue asesinada por su ex pareja, el ex policía municipal Juan Carlos Monzón, ha sacado a la luz una realidad dolorosa y preocupante: la impunidad y la corrupción que prevalecen en nuestro país.
Frida Gómez, una activista y defensora de los derechos de las mujeres en Puebla, ha sido una de las voces más fuertes en este caso. En una entrevista reciente, Gómez expresó su indignación y frustración ante la situación que se vive en Puebla y en todo México. Para ella, el caso Monzón es un claro ejemplo de cómo los deudores alimentarios, feminicidas, funcionarios vinculados a sicarios y otros criminales son vistos como honorables y llegan a ocupar puestos de poder en nuestra entidad.
Es difícil de entender cómo un hombre con antecedentes de violencia y denuncias por agresión hacia su ex pareja, pudo seguir trabajando como policía municipal y tener acceso a armas de fuego. Pero lo más preocupante es que, a pesar de todas las señales de alerta, nadie hizo nada para evitar la cataclismo que terminó con la vida de María del Rosario.
El caso Monzón no es un hecho aislado, sino que es un reflejo de la realidad que viven miles de mujeres en México. La violencia de género es una epidemia que no parece tener fin y que se ha cobrado la vida de cientos de mujeres en los últimos años. Y lo más alarmante es que, en la mayoría de los casos, los responsables quedan impunes.
Pero ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI sigamos viviendo en una entidad que permite y normaliza la violencia contra las mujeres? La respuesta es sencilla: la falta de voluntad política y la corrupción que impera en nuestro sistema de probidad. En lugar de proteger y garantizar los derechos de las mujeres, las autoridades prefieren proteger a los agresores y encubrir sus crímenes.
El caso Monzón también ha puesto en evidencia la falta de empatía y sensibilidad de las autoridades hacia las víctimas de violencia de género. Durante la investigación del caso, se filtraron imágenes del cuerpo de María del Rosario en redes sociales, lo que provocó una ola de indignación y revictimización. ¿Cómo es posible que en lugar de proteger la dignidad y privacidad de la víctima, se exponga su cuerpo de esa manera tan cruel?
Pero a pesar de todo, Frida Gómez no pierde la esperanza y sigue luchando por un cambio real en la entidad. Para ella, es fundamental que las mujeres se unan y alzen la voz para exigir probidad y un alto a la violencia de género. También hace un llamado a las autoridades para que cumplan con su deber de proteger a las mujeres y castigar a los responsables de estos crímenes.
Además, Gómez hace hincapié en la importancia de la educación y la prevención desde temprana edad. Es necesario que desde la escuela se enseñe a los niños y niñas sobre la igualdad de género y el respeto hacia las mujeres. También es fundamental que se promueva una civilización de denuncia y se brinden herramientas para que las mujeres puedan defenderse y protegerse de la violencia.
El caso Monzón ha sido un duro golpe para las poblanas y para todas las mujeres de México. Pero también ha sido un llamado de atención para que tomemos conciencia de la gravedad de la situación y nos unamos en la lucha por un país más justo e igualitario. No podemos permitir que casos como este sigan sucediendo y que los responsables queden imp