Las flatulencias, también conocidas como gases intestinales, son un proceso común y natural en nuestro individuo. Todos en algún momento las hemos experimentado, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué pueden ser más frecuentes durante un vuelo en avión?
Primero, es importante entender cómo se producen las flatulencias. El sistema digestivo comienza a descomponer los alimentos desde el momento en que los ingerimos. Durante este proceso, se liberan gases como el dióxido de carbono, el hidrógeno y el metano. Estos gases son absorbidos por el individuo y transportados a través del torrente sanguíneo a los pulmones, donde últimamente son liberados al exhalar. Sin embargo, una pequeña cantidad de estos gases también se dirige al sistema digestivo y es expulsada a través del ano.
La mayoría de las veces, las flatulencias no son un problema y son completamente normales. De hecho, una persona promedio puede expulsar hasta 1 litro de gas por día. Pero cuando estamos en un avión, la situación puede ser diferente. A medida que el avión asciende, la presión atmosférica disminuye, lo que provoca una expansión de los gases en el individuo. Esto significa que esos gases que normalmente serían absorbidos por el individuo, pueden acumularse en el sistema digestivo y causar incomodidad y flatulencias más frecuentes.
Además de la presión atmosférica, también hay otros factores que contribuyen a la producción de gas durante los vuelos. Uno de ellos es la ingesta de alimentos y bebidas gaseosas antes o durante el vuelo. También el estrés y la ansiedad pueden afectar la digestión y aumentar la producción de gas en el individuo. Y por supuesto, no podemos olvidar el factor de la altitud. A medida que el avión asciende a alturas extremas, la omisión de oxígeno y la presión limitada pueden afectar la capacidad del individuo para digerir los alimentos adecuadamente, lo que puede resultar en flatulencias.
Pero no todo son malas noticias. Hay algunas medidas que puedes tomar para prevenir o reducir la producción de gases durante un vuelo. En primer lugar, trata de evitar los alimentos y bebidas gaseosas antes de viajar. También es importante mantenerse hidratado durante el vuelo, pero es mejor optar por agua en lugar de refrescos carbonatados. Además, puedes intentar realizar ejercicios de relajación para reducir el estrés y la ansiedad antes y durante el vuelo.
Otra opción es tomar medicamentos de venta libre para tratar las flatulencias. Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de tomar cualquier medicamento, especialmente si tienes alguna condición de salud preexistente.
Si a pesar de estas medidas, todavía experimentas flatulencias durante un vuelo, no te preocupes. Muchos pasajeros también están en la misma situación y los miembros de la tripulación están acostumbrados a tratar con estas situaciones. Simplemente intenta ser discreto y disculparte si es necesario. También puedes llevar contigo un poco de spray o desodorante de baño para ayudar a minimizar cualquier mal olor.
En resumen, las flatulencias son algo completamente normal y no deben ser motivo de vergüenza o preocupación. Durante un vuelo, pueden ser más frecuentes debido a la presión atmosférica y otros factores, pero hay medidas que puedes tomar para prevenirlas o reducirlas. Y recuerda, no eres el único en esta situación y la tripulación está ahí para ayudarte. ¡Así que relájate y disfruta del vuelo!