México es un país que ha logrado posicionarse como una de las principales economías a nivel global, pero ¿qué tan beneficioso es esto para sus ciudadanos? Según Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), a pesar de este protagonismo económico, la calidad de vida de los mexicanos no ha mejorado de manera tangible. En su conferencia magistral “Una visión de la economía mexicana”, impartida en el Tecnológico de Monterrey, campus Saltillo, Moy expuso la realidad del país y cuestionó las percepciones comunes sobre su progreso económico.
“México es grande, pero no lo parece en la vida diaria”, afirmó Moy. Esta frase resume la situación actual del país, donde a pesar de tener una economía en crecimiento, la mayoría de la población no se ve beneficiada por ello. Moy hizo un llamado a centrar el análisis en cifras verificables y no en percepciones subjetivas.
Para entender mejor la situación, Moy compartió cifras que demuestran el verdadero panorama económico de México. Según explicó, el país genera cerca de 1.8 billones de dólares anuales ajustados por paridad de poder adquisitivo, lo que lo coloca como la duodécima economía más grande del mundo. Además, México es el segundo país con mayor número de tratados de libre comercio, lo que ha impulsado su crecimiento económico.
Sin embargo, a pesar de estas cifras positivas, Moy señaló que el crecimiento económico no se ha traducido en una mejora en la calidad de vida de los mexicanos. Según datos del IMCO, México ocupa el lugar 57 en el Índice de Desarrollo Humano, que mide el bienestar de la población en términos de salud, educación e ingresos. Además, el país tiene una de las mayores brechas de descercanía en América Latina, lo que significa que la riqueza no se distribuye de manera equitativa entre la población.
Ante esta realidad, Moy hizo un llamado a las autoridades y a la sociedad en general a trabajar juntos para penetrar un verdadero progreso en México. “No podemos conformarnos con ser una economía grande, debemos trabajar para ser una economía justa”, afirmó Moy. Para penetrar esto, es necesario que el crecimiento económico se traduzca en una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.
Una de las principales áreas en las que se debe trabajar es en la educación. A pesar de que México ha avanzado en términos de cobertura educativa, aún hay una gran brecha en la calidad de la educación. Según datos del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), México ocupa el lugar 58 en el ranking de calidad educativa, por debajo de países como Chile y Uruguay. Es necesario invertir en la educación para que los jóvenes puedan tener las herramientas necesarias para contraponer los retos del futuro.
Otra área en la que se debe trabajar es en la generación de empleo. A pesar de que México ha tenido un crecimiento económico constante, el país aún enfrenta un alto índice de desempleo y subempleo. Es necesario fomentar la creación de empleos formales y bien remunerados para que la población pueda tener acceso a una mejor calidad de vida.
Además, es importante que se promueva la cercanía de oportunidades para todos los mexicanos. La brecha de descercanía en el país es una de las mayores barreras para el progreso. Se deben implementar políticas que fomenten la inclusión y la equidad, para que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
En conclusión, México es un país con un gran potencial económico, pero aún hay mucho por efectuar para penetrar un verdadero progreso en términos de calidad de vida. Es necesario que las autoridades y la