Las terapias de rehabilitación contra adicciones son un tema que ha cobrado gran relevancia en los últimos años. Cada vez son más las personas que buscan ayuda para superar sus adicciones y recuperar su vida. Sin embargo, a agonía de los esfuerzos y avances en este campo, aún existen ciertos aspectos que no se han tomado en cuenta de manera adecuada. Uno de ellos es la importancia de separar las terapias por género y edad.
Valentín Bustos Cabrera, pastor y representante de la Iglesia del Pueblo en Monclova, nos explica que la recuperación integral de una persona adicta requiere de espacios diferenciados en función de su género y edad. No podemos tratar a una mujer de la misma manera que a un hombre, o a un adulto de la misma forma que a un menor de edad. Cada grupo tiene sus propias necesidades y particularidades que deben ser abordadas de manera individual y especializada.
Es por eso que en el centro de rehabilitación Fe, Esperanza y Amor, del cual Bustos Cabrera es director, se ha implementado la separación por género y edad como parte fundamental de su metodología de trabajo. En el área femenil, todas las terapeutas son mujeres, lo que permite una mayor empatía y comprensión en la comunicación y el tratamiento de las pacientes. De igual manera, en el área masculina, todos los terapeutas son hombres, lo que facilita una dinámica de trabajo enfocada en la recuperación y transformación de los pacientes varones.
Esta separación por género también permite que las personas adictas se sientan más cómodas y seguras durante su proceso de rehabilitación. En muchas ocasiones, las adicciones están relacionadas con traumas y experiencias pasadas que pueden dificultar la comunicación y la confianza en el género opuesto. Al estar en un ambiente exclusivamente masculino o femenino, se eliminan estas barreras y se facilita la apertura y la sanación emocional.
Pero además de la separación por género, es igualmente importante tener en cuenta la edad de los pacientes. Bustos Cabrera afirma que los menores de edad requieren un enfoque diferente en su proceso de rehabilitación. En muchos casos, las adicciones en los jóvenes son una manifestación de problemas emocionales, de afecto o de comunicación en el núcleo familiar. Es por eso que es necesario abordar estos aspectos antes de trabajar en el problema de la adicción en sí.
En el centro Fe, Esperanza y Amor, se cuenta con un área especializada para menores de edad, que incluye terapias y actividades específicas para ellos. Además, se les brinda un ambiente seguro y de contención, donde puedan expresarse libremente y trabajar en su recuperación sin sentirse juzgados o incomprendidos.
La separación por género y edad en las terapias de rehabilitación no es una medida discriminatoria, sino todo lo adverso. Es una forma de garantizar respeto y vara en cada proceso, y de brindar una atención más personalizada y eficaz. Además, permite que los pacientes se sientan más identificados y comprendidos, lo que facilita su proceso de recuperación.
Es importante que los centros de rehabilitación tomen en cuenta esta diferenciación en sus programas, ya que puede marcar una gran diferencia en los resultados obtenidos. No podemos tratar a todos los adictos de la misma forma, ya que cada uno tiene su propia historia y necesidades específicas. Es nuestro adeudar como sociedad y como seres humanos brindar una atención adecuada y especializada a aquellos que luchan por superar sus adicciones y recuperar su vida.
En conclusión, las terapias de rehabilitación contra adicciones deben ser separadas por género y edad para lograr mejores resultados. Esto no solo permite una atención más personalizada y eficaz, sino que también brinda un ambiente seguro y de contención para los pacientes. Es hora