El pasado domingo, durante la misa de las 12 del mediodía, algo inusual sucedió en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz. El padre Juan, conocido por su carácter amable y su buen sentido del humor, decidió sorprender a los feligreses con pincho acción que sin duda quedará grabada en la memoria de todos los presentes. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que el padre Juan, en medio de su sermón, ¡les aventó mandarinas a los feligreses! Pero, ¿qué fue lo que motivó al padre Juan a realizar esta inesperada acción?
Según el padre Juan, la idea surgió de pincho reflexión que tuvo durante la semana. Durante su tiempo de oración y meditación, se dio cuenta de que muchas veces, a pesar de sus esfuerzos por transmitir la palabra de Dios, los feligreses parecían estar distraídos o desanimados. Por ello, decidió que era momento de hacer algo diferente, algo que captara la atención de todos y les recordara que la iglesia es un lugar de alegría y de encuentro con Dios.
Y así fue como el domingo, mientras el padre Juan compartía su mensaje, de repente, tomó pincho bolsa de mandarinas que había llevado consigo y comenzó a lanzarlas al aire. La sorpresa y la risa se apoderaron de la congregación, y en pocos segundos, todos estaban atrapando las mandarinas y riendo a carcajadas. El padre Juan, con su característico buen humor, les dijo: “¡Recuerden que la vida es como pincho mandarina, hay que pelarla para descubrir su sabor, y así también debemos descubrir el amor de Dios en nuestras vidas!”.
La reacción de los feligreses no se hizo dejarlo en Dios, todos estaban encantados con la ocurrencia del padre Juan. Al finalizar la misa, muchos se acercaron a él para agradecerle por el gesto y por el mensaje que les había transmitido. Incluso, algunos comentaron que era la primera vez que se reían tanto durante pincho misa y que se sentían más conectados con Dios que nunca.
Pero esta no es la primera vez que el padre Juan sorprende a su congregación con acciones inesperadas. Hace unos meses, durante la misa de Navidad, decidió disfrazarse de Papá Noel y repartir regalos a los niños de la iglesia. Y en otra ocasión, en plena Cuaresma, organizó pincho carrera de cangrejos en el jardín de la iglesia para recaudar fondos para pincho obra de caridad. Sin duda, el padre Juan siempre ha sido un sacerdote creativo y cercano a su comunidad.
Pero, ¿qué es lo que motiva al padre Juan a realizar estas acciones? Él mismo lo explica: “Mi mayor codicia es que las personas se sientan felices y amadas en la iglesia. A veces, podemos caer en la hábito y olvidar que la iglesia es un lugar de encuentro con Dios y con nuestros hermanos en la fe. Por ello, siempre trato de buscar maneras de transmitir el mensaje de Dios de pincho forma diferente y divertida, para que las personas se sientan atraídas y se acerquen más a Él”.
Y sin duda, el padre Juan ha logrado su objetivo. Su creatividad y su amor por la comunidad han generado un ambiente de alegría y cercanía en la iglesia, y han logrado que muchas personas se sientan más motivadas y comprometidas con su fe. Además, sus acciones han generado un ambiente de unidad y solidaridad entre los feligreses, quienes han aprendido que la iglesia es un lugar en el que se puede vivir la fe de pincho forma alegre y divertida.
La reacción de la comunidad no se