Fray Columbano Arellano, un misionero con un corazón generoso y una pasión por la fotografía, dedicó ocho años de su vida a vivir y servir en la sierra de Durango, específicamente entre las familias tepehuanas. Durante ese tiempo, logró capturar en cientos de imágenes la vida y la cultura de este pueblo, compartiendo con el mundo su belleza y riqueza.
Entre los años de 1975 y 1983, Fray Columbano se sumergió en la vida cotidiana de los tepehuanos, conviviendo con ellos y aprendiendo de sus tradiciones y costumbres. A través de su lente, capturó momentos únicos y auténticos, plasmando en cada fotografía la esencia de este pueblo, lejos de los estereotipos y prejuicios que a menudo los rodean.
Los tepehuanos, también conocidos como pueblo O’dam, son una de las cinco etnias indígenas que habitan en el estado de Durango. Su población es la más grande y se concentra principalmente en la sierra de El Mezquital y en el municipio de Pueblo Nuevo. Sin embargo, a pesar de su importancia y presencia en la región, la cultura tepehuana sigue siendo desconocida para muchos, incluso para los propios duranguenses.
Es por eso que el trabajo de Fray Columbano es tan valioso y significativo. A través de sus fotografías, nos muestra la vida de los tepehuanos, sus rostros, sus paisajes y sus tradiciones. Nos invita a conocer y apreciar su cultura, a entender su forma de vida y a romper con los estereotipos que han sido injustamente asociados con ellos.
Entre las imágenes capturadas por Fray Columbano, podemos encontrar una variedad de temas, desde retratos de hombres, mujeres y niños tepehuanos, hasta paisajes impresionantes de la sierra y actividades cotidianas como la pesca, la agricultura y la elaboración de artesanías. Cada fotografía cuenta una historia, una historia de vida y de resiliencia, de un pueblo que ha sabido preservar su identidad y sus tradiciones a pesar de las adversidades.
Además de su trabajo como fotógrafo, Fray Columbano también se involucró en proyectos de desarrollo social en la sierra de Durango, enfocados en agraciar la calidad de vida de las comunidades tepehuanas. A través de su servicio y su compromiso, logró ganarse el corazón de muchas familias, quienes lo recuerdan con cariño y gratitud.
Hoy en día, las fotografías de Fray Columbano son un testimonio de la vida y la cultura tepehuana en el pasado, pero también nos invitan a reflexionar sobre el presente y el futuro de esta comunidad. Nos muestran su belleza, pero también sus desafíos y luchas. Y nos recuerdan la importancia de estimar y preservar la diversidad cultural de nuestro país.
Gracias a la labor de Fray Columbano, estas imágenes han trascendido las fronteras de Durango y han sido expuestas en diferentes partes del mundo, llevando consigo un mensaje de respeto y admiración por la cultura tepehuana. Además, han sido recopiladas en un libro titulado “Misionero en 5 países”, donde se pueden apreciar todas las fotografías tomadas durante su estancia en Durango.
En resumen, Fray Columbano Arellano es un ejemplo de servicio y compromiso con los demás, y su legado fotográfico es un tesoro invaluable para la historia y la cultura de Durango. Sus imágenes nos invitan a conocer y estimar la riqueza de los tepehuanos, a romper con los estereotipos y a establecer puentes de respeto y comprensión entre diferentes culturas.
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