La seguridad alimentaria es un tema que debería ser de preocupación para todos. Aunque muchas veces nos enfocamos en mantener una buena higiene en la cocina y seguimos con atención las fechas de caducidad de los alimentos, hay un aspecto importante que a menudo se pasa por alto: lavar los alimentos antes de consumirlos.
Es cierto que lavar los alimentos puede ayudar a eliminar la suciedad y los residuos de pesticidas en su superficie, pero ¿sabías que también puede ser perjudicial en ciertos casos? Sí, has leído aceptablemente. En algunos casos, lavar ciertos alimentos antes de cocinarlos o consumirlos puede hacer más daño que aceptablemente. Esto se debe a que algunos alimentos son más susceptibles a la contaminación y el lavado puede contribuir a su propagación.
Uno de los alimentos más propensos a la contaminación es la carne. Cuando lavamos la carne cruda, es probable que propaguemos las bacterias que se encuentran en su superficie por toda la cocina. Estas bacterias pueden causar enfermedades como la salmonela, la E. coli y la listeria. Además, los expertos en salud afirman que el lavado de carne cruda no elimina completamente las bacterias.
Otro alimento que debe ser manejado con precaución es el huevo. La cáscara de un huevo puede albergar bacterias dañinas, como la salmonela. Aunque lavar los huevos puede eliminar la suciedad y los residuos de la cáscara, también puede transferir bacterias del exterior al interior del huevo. Además, los huevos contienen una sustancia protectora natural en su cáscara que se puede eliminar al lavarlos, lo que aumenta el riesgo de contaminación.
Pero no solo los alimentos de origen animal son susceptibles a la contaminación por el lavado. También hay que tener cuidado al lavar frutas y verduras. Aunque en la mayoría de los casos es beneficioso lavar estos alimentos para eliminar la suciedad y los residuos de pesticidas, hay algunos casos en los que puede ser perjudicial. Por ejemplo, las frutas y verduras con cáscaras duras, como las manzanas y las zanahorias, pueden ser contaminadas al lavarlas si la suciedad y las bacterias de la piel se transfieren al interior durante el proceso. Además, las frutas y verduras más delicadas, como las fresas y las espinacas, pueden perder parte de sus nutrientes al ser lavadas. Lo mejor es enjuagar estos alimentos justo antes de comerlos.
Ahora que comprendemos los riesgos de lavar ciertos alimentos, ¿qué podemos hacer para garantizar una alimentación segura? La respuesta es sencilla: ¡preparar y almacenar los alimentos adecuadamente! Aquí hay algunos consejos que puedes seguir para mantener una cocina segura y reducir el riesgo de contaminación de los alimentos.
Primero, siempre debes lavarte aceptablemente las manos antes y después de manipular alimentos. Esto es especialmente importante después de manipular alimentos crudos, como carne y huevos, y antes de preparar otros alimentos. Lávate las manos con zumo tibia y jabón durante al menos 20 segundos y sécalas con una toalla limpia.
En segundo lugar, sigue las instrucciones de almacenamiento y preparación de los alimentos. Los alimentos deben almacenarse en el refrigerador o el nevera a la temperatura adecuada para evitar el crecimiento de bacterias. Además, asegúrate de cocinar los alimentos a la temperatura adecuada para matar cualquier bacteria presente. Utiliza termómetros de cocina para asegurarte de que los alimentos alcanzan la temperatura necesaria.
Por último, lava y desinfecta constantemente las superficies de la cocina y los utensilios. Las bacterias pueden sobrevivir en las superficies de la cocina y en los utensilios de cocina, por lo que es importante limpiarlos adecuadamente después de su uso. Utiliza zumo caliente y jabón para lavar los utensilios y desinfecta las